23 mayo, 2018 Sergio Fernandez

Antes de Dar el Primer Paso

Atreverse a dar el primer paso. En cualquier ámbito de la vida, lanzarse a un nuevo proyecto, sea del tipo que sea, siempre entraña incertidumbre, dudas e incluso miedo. En este post, Sergio Fernandez, te explica que deberás tener en cuenta al plantearte tu primer objetivo en tu carrera musical.

 

Por un lado hay algo que te llama, que te invita poderosamente a que lleves a cabo eso que deseas; por otro lado, el mismo reto, el nuevo desafío te plantea las inseguridades propias de alguien que no es experto en aquello que quiere desarrollar.

La música no es una excepción a todo esto, con el añadido de que implica la creatividad, las emociones, la exposición a los demás, y eso le aporta un grado mayor de dificultad.  ¿Cuántos grandes cantantes o instrumentistas en general nunca han sido conocidos por el gran público? ¿Cuántos con una gran habilidad vocal o excelentes cantantes en potencia nunca se han atrevido a interpretar en público, ni siquiera delante de sus familiares o amigos? Es más, ¿cuántos cantantes o músicos en general han tomado la decisión de iniciar una carrera musical pero se han perdido con todos aquellos aspectos “extramusicales” que no tienen nada que ver con el mero hecho de cantar?

 

Parece obvio que hoy en día, con el desarrollo de las nuevas tecnologías y las redes sociales, los cambios en la industria musical, las nuevas formas de componer y transmitir la música a los demás, e incluso con la importancia que tiene la imagen en el desarrollo de cualquier artista; hay que tener muy en cuenta todos estos elementos si se quiere dar el salto de entender el canto como una afición, a entenderlo como una forma de expresión más amplia proyectada a los demás.

 

Son factores que, en definitiva, nos ayudan a comunicarnos, a llevar más allá una serie de fundamentos técnicos que indudablemente, son muy importantes. Por todo ello, a modo de introducción, queremos esbozar algunos puntos que nos ayudarán a dar el paso.

 

FIJAR UN OBJETIVO

En primer lugar y ante todo, es necesario fijar un objetivo. Y para ello, es necesario definir qué es exactamente lo que queremos conseguir. Afortunadamente, hay muchas y diversas formas de vivir la música: intentar montar una banda y soñar con la profesionalidad, tener un grupo de versiones, ser compositor, tener un grupo sin mayor pretensión que pasarlo bien y dar conciertos de vez en cuando…estos son solo algunos ejemplos, pero lo que tienen en común es que fijan un objetivo. Por eso debemos preguntarnos a nosotros mismo qué es lo que nos gustaría, pero siempre teniendo en cuenta diferentes factores:

  • Nuestras capacidades técnicas actuales y potenciales.

  • Nuestra situación laboral y económica.

  • El grado de compromiso y esfuerzo que realmente estamos dispuestos a aportar.

 

Es importante tener en cuenta que estos factores no implican ningún juicio de valor, es decir, no son ni “mejores” ni “peores”, sino que simplemente nos ofrecen perspectiva a corto y medio plazo para recorrer un camino que nos lleve a un primer punto de llegada (que previsiblemente no será el último). Si, por ejemplo, lo que nos proponemos es un objetivo más modesto, su viabilidad será, a priori,más factible, y si por el contrario el objetivo es más ambicioso, debemos tener en cuenta que la implicación deberá ser mayor.

También en el primer caso, será más viable a corto plazo, y más a largo en el segundo.

 

EL NIVEL DE INCERTIDUMBRE

En toda empresa, en todo camino, hay un nivel de incertidumbre. En las profesiones artísticas, este nivel de incertidumbre se ve acentuado.

Además, mientras que otras carreras tienen un hoja de ruta bien definida, (me licencio, hago un master, hago pácticas , me contratan, y voy ascendiendo hasta que  me jubilo) seguramente tu carrera musical será totalmente distinta de lo que hubieras esperado al principio. Diferente de la de tus compañeros, incluso aunque vivan en tu mismo barrio y en tu misma época.

No existe una receta única.

No hay reglas universales, no hay un camino recto y uniforme, así de que trendrás que prestar atención, y hacer los ajustes necesarios siempre.

Ser adaptable, en definitiva. Pero también resistente.

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